¿Cuándo ponerle anteojos de sol a los chicos?
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Aunque las gafas de sol suelen considerarse como un complemento de moda o una cuestión puramente estética, lo cierto es que los efectos negativos de los rayos UV se acumulan en nuestro cuerpo de tal modo que, incluso, hay enfermedades oculares relacionadas con el exceso de exposición solar, como pueden ser la queratitis, el pterigium, las cataratas.
Es por ello que los anteojos de sol se convierten en un elemento de protección absolutamente necesario y, sobre todo en los niños, por dos motivos.
- El primero, porque son los niños quienes pasan mayor tiempo de ocio al aire libre (juegos, baños en el mar y piscina, etc…) y, por tanto, están más expuestos a los rayos UV.
- El segundo, porque los ojos de los niños son, asimismo, mucho más sensibles a la radiación solar que los de un adulto, ya que su pupila es más grande y deja pasar mayor cantidad de luz.
Y además, la pigmentación de los ojos, que también protege de las radiaciones es, de igual modo, menor en los niños.
Cúando ponerle gafas de sol a un niño
Todo ello hace recomendable que los niños utilicen gafas de sol a partir de los 12 meses de edad, que es cuando suelen comenzar a andar solos, sobre todo en los meses de primavera y verano.
Si protegemos los ojos de los niños desde la infancia es más fácil que podamos prevenir patologías oculares que puedan afectar seriamente a nivel de córnea, cristalino o retina y que se manifiesten sin embargo mucho más tarde, ya en una edad adulta.
Consejos para comprar las gafas de sol a un niño
A la hora de adquirir las gafas de sol para los niños, hay que tener en cuenta, entre otras, las siguientes recomendaciones:
- Han de ser unas gafas de calidad, es decir, unas gafas homologadas, que lleven la marca CE como garantía de calidad y en este sentido, lo más recomendable es comprarlas en ópticas.
- Deben ofrecer una protección del 100% frente a los rayos UV.
- Tienen que especificar el número de categoría de filtro, teniendo en cuenta que hay filtros desde el número 4, que es el que más protege, al 0.
- Es importante que las gafas se ajusten correctamente a la cara del niño para ofrecer una protección lo más amplia posible y desde cualquier ángulo.
- Se recomiendan lentes irrompibles, así como materiales resistentes frente a golpes y caídas y que resulten, al mismo tiempo, flexibles y ligeros para que el niño se sienta cómodo con ellas.
- Resulta vital enseñar a los niños que, aunque lleven gafas de sol, nunca deben mirar a éste directamente, porque podrían producirse graves quemaduras en la retina.
Si seguimos todas estas pautas, no solo estaremos protegiendo a los niños frente a posibles enfermedades oculares que puedan manifestarse en un futuro, sino que además, los niños aprenderán, ya desde pequeños, a cuidar de algo tan esencial como es su propia vista.